El 2008 es el año de la Expo pero también se conmemora el bicentenario de la Guerra de la Independencia. Han pasado ya 200 años desde que Napoleón decidiera invadir España y unirlo a su reino.
Zaragoza, al igual que otras ciudades españolas, se prepara este año para celebrar el aniversario: conferencias, exposiciones, entrega de medallas. Diversos actos formarán parte del programa cultural con el que la ciudad intenta hacer honores a todos aquellos que pusieron su granito de arena para enfrentarse al ejército francés.
La Guerra de la Independencia es el símbolo de la entrada a España de la política moderna: la soberanía nacional, la voluntad popular, el nacimiento del liberalismo o la lucha por la libertad. Muchos la recuerdan por todos los cambios que se produjeron en las ciudades, pero también muchos otros la tienen presente por la valentía de todos los héroes que participaron en la batalla.
Seguro que muchos recuerdan a Agustina de Aragón, a esa famosa “Artillera” que tuvo una importante participación en el Sitio que echaría a los franceses de Zaragoza. Su cañón fue el protagonista de un oportuno, pero quizás involuntario, disparo que provocó la esperada huida del ejército francés. Pero ¿Qué hubiera sido de ese cañón sin pólvora? Mejor dicho ¿Qué hubiera sido de los Sitios sin pólvora?
Pues ese elemento, esencial para muchos, no estaba muy lejos de la capital maña. A tan solo 100 Km de Zaragoza y a orillas del río Jiloca se encuentra un pequeño pueblo de tan sólo 200 habitantes: Villafeliche. De lo que era queda muy poco, tan sólo recuerdos de una etapa dorada de la que ya no queda nada.
Exterior de un molino de pólvora.
Fuente: Ainhoa Lafuente
Desde tiempos atrás, se encontraban establecidas las Reales Fábricas de Pólvora, se crearon 200 molinos que gracias a las aguas del río Jiloca podían poner en funcionamiento toda la maquinaria necesaria para la producción. Gracias a la fuerte elaboración esta villa se conoció como el pueblo de la pólvora. Razón fundamental para que se convirtiera en la principal fuente de distribución de esta sustancia durante la Guerra de la Independencia.
Durante estos años Villafeliche vivió un periodo de esplendor que acabaría poco tiempo después. Con su pequeña aportación este pueblo fue partícipe de una guerra que pondría fin a la soberbia francesa.
200 años atrás Zaragoza daba una lección de valentía a todos aquellos que desconfiaban del valor de la población maña, hoy la ciudad le rinde honores a todos los que dejaron fuera a un ejército que iba pisando fuerte.
Video del interior de un molino de pólvora en Villafeliche
Fuente: Ainhoa Lafuente
